Pasamos mínimo 151.200 minutos en el año durmiendo sobre un colchón, en el que compartimos momentos con nuestros seres queridos, en donde vivimos experiencias y recuerdos que nos acompañarán para siempre. Es por esto que, así como comer y respirar, el dormir se convierte en una necesidad que nos acompaña durante toda la vida, por eso, debemos cuidar del lugar donde reposamos.
Muchas personas relacionan el cambio del colchón con la vida útil del mismo, y sí, es una referencia, pero este no debe ser con el mínimo, sino con el máximo tiempo para hacerlo, es decir, la garantía que tiene el colchón puede ser guía para que identifiques a tiempo cuando es el momento preciso. Por ejemplo, si tu colchón tiene 5 años de garantía, lo ideal es cambiarlo a los 3 o máximo 5 años de uso.
Lo anterior, es una recomendación, pero hay un factor determinante para saber que ya llegó el momento de cambiar nuestro colchón y es nuestro cuerpo, generalmente nos avisa mediante algunas manifestaciones, que te competiremos a continuación:
- Dolores en espalda y/o cuello: nuestra postura al día siguiente mostrará el resultado de qué tan bien dormimos la noche anterior. Es aquí donde debemos identificar que tan urgente es cambiarlo. Es prioridad darle importancia a lo importante, nuestra salud debe ser la menos perjudicada al tener un colchón que no cumple con nuestras necesidades.
- Alergias, ronchas, picazón en el cuerpo: después de cierto tiempo la tela del colchón puede llegar a acumular una gran cantidad de ácaros, hongos, mota, manchas externas, olores y otros factores que pueden llevar a que tu cuerpo se perjudique. Este es el resultado que da un colchón con tanto tiempo de uso, aunque tu limpieza y cuidado en él sea controlado rígidamente. Recuerda revisar el aspecto tu colchón, cerciórate en que no haya exceso de bultos o hundimientos.
- Cansancio, desvelo o incomodidad: no tener un descanso profundo y reparador es la señal más clara que debes cambiar de colchón. Si sientes que llevas horas durmiendo y te sigues sintiendo cansado, es momento de tomar decisiones sobre el soporte que escogiste como colchón aliado para lograr llegar al máximo clímax de descanso. Si decides hacer caso omiso a estas alertas, muy probablemente llegarás a tu máximo nivel de energía y cuando apenas vayas iniciando tu día sentirás como si estuviese culminando. Revisa y con atención los factores que indican si pasaste una buena o mala noche.
- Sentir más comodidad en otros lugares: si prefieres otro lugar de descanso que tu lugar de descanso, esa es la prueba de que necesitas un cambio urgente. Desde que sientas más confort en un cuarto de hotel, en un mueble de algún pariente o en el mismo suelo, ya es motivo suficiente para que contemples que el cambio que necesitas está en tu colchón. No debe haber otro lugar más cómodo y seguro para tu descanso que tu habitación, si sientes que no eres parte de ahí, estudia y escoge cuidadosamente el nuevo aliado que te acompañará en tus siguientes noches, esto te proporcionará un sueño profundo y reparador.
- Sentir un confort diferente: sentir que la sensación de tu colchón ha cambiado es determinante para decidir cambiarlo por uno nuevo. Si la firmeza, la suavidad, y el confort son diferentes con relación a la sensación inicial que te llevaron a tomar la decisión de adquirir esa referencia, y es importante para ti sentirte a tu gusto, con tu soporte de descanso, considera el cambio por uno que cumpla tus expectativas. Tu descanso no es un juego. ¡Cuida y quiere tu salud corporal!
